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¿Qué tienen en común unas manzanas y tu casa en venta?

A priori, parece que unas manzanas y tu casa se parecen como un huevo a una castaña pero todo depende de lo que quieras hacer con ellas.

Si quieres vender manzanas ya no vale con tenerlas recién cogidas del árbol, en una caja de madera (o plástico), amontonadas y en la puerta de la casa de campo o de la frutería de 1975.

Quienes venden manzanas saben que la imagen vende, que las cosas de comer nos entran por los ojos. Por eso la luz de la sección de frutas del súper es diferente a la luz de la pescadería y a la de la carnicería (¿os habéis dado cuenta de lo roja que se ve la carne en las vitrinas expositoras de los carniceros?).

De paso, antes de que las manzanas hayan llegado a la frutería alguien se ha dedicado a agruparlas por calibre, según su tamaño: las grandes a un lado, las medianas a otro, las pequeñitas en otro sitio. La regularidad nos parece apetecible y los que venden manzanas lo saben.

Además, no basta con agruparlas sin más. Las manzanas primero se lavan para quitar polvo, restos de insecticidas… Limpitas y brillantes nos parecen más apetecibles.

Si tienen golpes o marcas, nos van a parecer menos valiosas y no las elegiremos. El señor que vende las manzanas lo sabe, y las selecciona antes de colocarlas en sus cajas. Las manzanas golpeadas son para otro mercado, no para la frutería donde vamos tú y yo a comprar fruta apetecible.

Por último las hacen brillar: se enceran y pulen para que parezcan de foto. A nuestro ojo le gustan las cosas perfectas. Aunque una manzana haya que probarla con la boca y no con los ojos.

Si a unas manzanas de a 2€ el kilo (euro arriba, euro abajo) se les hace todo eso… ¿Por qué crees que a tu casa hay que hacerle menos?

Tú estás pidiendo por tu casa miles de veces más dinero que por un kilo de manzanas. ¿No crees que si la vas a poner en el mercado conviene que luzca mejor que unas manzanas?

Ya sabes, como las manzanas: el simple cartelito en la ventana sería la puerta de la casa del agricultor que las cultiva y recoge.

La luz que ilumine tu casa en venta la tiene que hacer parecer tan de foto como la luz que usan las fruterías para dar contraste al color de las frutas.

Si las manzanas se ordenan por tamaños, con más razón tu casa tiene que parecer ordenada.

Quita los restos de polvo e insecticida de tu casa, quiero decir, que aparezca limpia y reluciente, más aún que las manzanas.

¿Tu casa tiene desperfectos como los golpes en las manzanas?, arréglalos (ya sabes, nunca elegimos las manzanas con golpes).

Por último, haz que la imagen completa de tu casa sea reluciente, como si la hubieras encerado y pulido de arriba abajo; prepárala para que parezca de foto porque eso es lo que vas a hacer: fotos (para que las vean los compradores, quienes van a pagar su dinero por tu casa).

Si unas manzanas se consideran un producto que se vende y se preparan para ello, ¿por qué crees que tu casa –un producto carísimo en el mercado- no debería prepararse para ser la más atractiva del escaparate?

Eso es lo que hace el home staging: tratar a tu casa en venta como el producto en venta que es. No sirve sólo con que sea una casa fantástica, tiene que parecerlo. Y eso lo vas a conseguir con el home staging y un buen reportaje fotográfico.

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